Un estudio publicó cómo impacta en la educación el acercamiento de los estudiantes al arte.
Algunos están de acuerdo en
que el arte es una parte importante de la educación básica. Debido a que
la tendencia en los planes de educación de varios países se inclina
hacia las ciencias exactas y la lengua, científicos sociales de la
Universidad de Arkansas hicieron un
experimento para comprobar los beneficios de impartir arte en las escuelas.
En un estudio publicado en
Education Next y
Educational Researcher,
se afirmó que los alumnos expuestos a las instituciones culturales como
museos y centros de artes escénicas, no sólo tienen niveles altos de
compromiso con las artes sino este acercamiento genera más tolerancia,
empatía histórica, mejor memoria educativa y pensamiento crítico.
“Los cambios fueron significativos” dijo
Jay P. Greene, profesor de la reforma educativa e investigador del
estudio. En particular un solo tour a museo tiene una impresión
definitiva en los estudiantes. De acuerdo con Greene, los estudiantes de
este tour recordaron lo que habían aprendido “incluso sin una razón
externa para hacerlo, como un grado o un examen.
Cuando el Crystal Bridges
Museum of American Art abrió en Betonville, Arkansas, hace dos años, el
museo ofreció a 11 mil estudiantes paseos. Cada grupo visitante
(escogido por sorteo) vio 5 pinturas en una hora. Los paseos estaban
dirigidos especialmente a los estudiantes, esto significa que los
curadores no les dieron cátedra, sino que se les proporcionó la
información mínima acerca de cada pintura y pasaron la mayor parte del
tiempo facilitando discusión.
Tres semanas después, los
estudiantes llenaron un cuestionario acerca de su experiencia en el
museo. Aparte de recordar información sobre las pinturas que vieron, se
les pidió responder preguntas sobre tolerancia hacia los otros y sobre
empatía. Al final se les pidió escribir un ensayo corto acerca de una
nueva pintura: The Box de Bo Bartlet, la cual no estuvo
expuesta en el museo. Los estudiantes que ganaron el sorteo pero que no
fueron en paseos de grupo, fueron el grupo de control. Los estudiantes
también tuvieron que escribir sobre The Box relacionando la empatía y la tolerancia con dicha obra. Varios jueces revisaron los ensayos.
El equipo de Greene se
sorprendió por lo académico que resultó la información y por lo mucho
que aprendieron los alumnos, pues fueron capaces de recordar que la
pintura hacía referencia a los apoyos de los precios durante la Gran
Crisis de 1929 y también que otra pintura hacía referencia los
abolicionistas que boicotearon la compra de azúcar.
“Estos detalles históricos no
estaban incluidos en la introducción del curador” explica Green. Esto
significa que el formato basado en la discusión alentó a los estudiantes
a hacer preguntas importantes acerca de las pinturas. Pero algo acerca
de la experiencia del museo también permitió a los pupilos recordar la
información de la pintura un mes después. Eso es destacable considerando
que los chicos olvidan rápidamente lo que han aprendido para los
exámenes.
Cuando se les pidió a los
estudiantes analizar una pintura no conocida “hubo un gran incremento en
qué tan observadores eran los estudiantes si iban al museo de arte.
Fueron mucho mejores notando detalles en la nueva pintura que aquellos
que no fueron.” Los alumnos también fueron capaces de empatizar con las
personas y los casos referidos de una forma en la que el grupo de
control no pudo hacerlo.
“Antes del estudio, muchas
personas nos dijeron que los chicos sólo mirarían hacia fuera d elas
ventanas.” dijo Greene, “Pues no, no lo hicieron. Prestaron atención y
absorbieron información.” En parte esto se debe al formato de
experiencia que no es cátedra. Pero Green sospecha que la razón también
está vinculada a quitar a los estudiantes de su ambiente usual de
escuela y ponerlos en uno cultural.”
“Puedes darle a los
estudiantes una reproducción de gran calidad de una pintura pero no es
lo mismo” dice Greene “ es como ver a un televangelista en lugar de ir a
la iglesia. Tanto las iglesias como los museos invierten en
arquitectura. El acto de ir pone la mente de las personas en otra
experiencia receptiva”.